La pregunta del millón de dólares… ¿Se puede tener todo en una relación de pareja?, y ¿a qué nos referimos con todo? Mi punto de vista involucraría los tres ejes del amor que el psicólogo Estadounidense Robert Sternberg, menciona en su teoría del amor. Por qué entiendo yo que cuando nos preguntamos sobre si es posible tenerlo todo, lo que de verdad queremos expresar es, si podemos tener un amor completo, ese que tenga pasión, amistad y compromiso. Y me atrevoaatrevo decir que ¡si!, contrario a lo que popularmente se cree, reforzado por viejos adagios, tales como “Nadie puede tenerlo todo en la vida” y claro, las producciones televisivas y del cine, que no dejan de inyectarnos sus historias de infidelidades por aburrimiento; por una llene de sexo irresponsable y emocionalmente turbulentas, típicamente condimentadas por esas personalidades narcisistas que tanto les gustan a los espectadores.
Pero a todo esto, la verdadera pregunta es ¿Qué es el amor?, ¿cómo saber si lo tienes todo?, ¿si no sabes lo que tienes? Puede que termines comprando todo lo que brilla, esperando que resulte ser oro.
Ahora, cabe preguntarse qué significa cada uno de ellos. Respecto a los dos términos iniciales existe una confusión, pues si bien pueden ser complementarios, se expresan de manera distinta.
La intimidad se refiere a la cercanía y a la complicidad; a aquella capacidad de comprender, acompañar y establecer una relación basada en la confianza y en la amistad; una conexión que solo existe con una persona y que difícilmente puedes encontrar en alguien más.
Mientras que la pasión no solamente alude a un deseo sexual, también se entiende como esa necesidad de querer estar junto a la persona que amamos, a un deseo intenso de establecer una unión con el otro.
Por su parte, el compromiso es la elección y decisión que tomamos al iniciar una relación. En él se resaltan la responsabilidad y la lealtad, valores que se eligen tener cuando decimos frases como “te amo” o “quiero un futuro contigo”.
El compromiso es la manera en la que decidimos amar a otra persona y así mismo mantener y construir una relación estable. Y que por lo menos en el occidente implica fidelidad.
Cuando una relación se basa en la elección o decisión de amar al otro, seguida por la intención de mantenerla y proyectarse con la pareja, se establece un compromiso que es la base para construirla de manera sólida y duradera. Por el contrario, cuando ella surge solo a partir de una necesidad, lo más seguro es que se presenten problemas en cuanto dicha necesidad sea satisfecha y que se llegue a la ruptura.
En aquellas relaciones en donde solo se tiene uno de estos elementos, la probabilidad de durabilidad es mucho menor. De acuerdo con este triángulo, Sternberg propone diferentes tipos de amor:
Cariño o afecto: solamente intimidad.
Encaprichamiento: pasión
Amor romántico: predominan intimidad y pasión (atracción física y emocional)
Amor fatuo: pasión y compromiso.
Amor consumado: combina los tres componentes Pero además de lo ya mencionado, también es relevante saber lo que ocurre en nuestro cerebro cuando nos enamoramos, ya que es determinante conocer el origen de nuestras emociones y ver cómo interfiere nuestra estructura neuronal en este proceso.
Varios estudios hacen referencia a la base neurológica que tienen el amor y la fidelidad, donde neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la noradrenalina son fundamentales a la hora de intentar comprender la razón por la que nos enamoramos. La hormona oxitocina, también llamada hormona del amor, es la que las segrega y cada una cumple con una función específica a la hora de enamorarse y sentir euforia; vale recalcar que esta euforia que puede llegar a ser tan embriagante y que popularmente se relaciona con el amor, ¡NO LO ES!, es más bien acción de otra sustancia química que genera el enamoramiento, la atracción, esa etapa de locura que todos o la gran mayoría padecimos alguna vez, con menores o mayores consecuencias.
Y les hablo de la FEA y no me refiero a un rasgo físico, sino a FenilEtilAmina (FEA por sus siglas). La producción de este compuesto orgánico, de la familia de las anfetaminas, genera una respuesta que los estudios demostraron que es pro sexualidad; es decir, el objetivo es la reproducción, no el amor ni mucho menos.
“El feliz por siempre”, este sesgo emocional de creer que esta gran reacción química es amor consumado, nos puede llevar a terminar relaciones positivas, solo “por no sentir lo mismo de antes” y es que tristemente la química de la FEA nos dura a lo mucho 3 años. Pasado ese tiempo, es como que se nos cae el velo de los ojos y vemos a la pareja como es en realidad, con sus defectos y virtudes, vale recalcar que es posible que el “amor” no sobreviva a la verdad.
Conclusiones
¿Se puede tener todo en una relación de pareja?, la respuesta es un rotundo ¡sí!, pero con condiciones:
Fortalece la amistad: Los estudios revelan que las relaciones que mejor prosperan son las que tienen un sólido Ágape (Intimidad o amistad). Regálate un día a la semana solo para ti y tu pareja, este simple hábito los ayudará a mantener una sana relación de amistad en pareja. (A solas, no con amigos o familiares, en lugares donde pueden hablar)
Tu pasado familiar: Para que una relación de pareja prospere, debe estar alineada con tu mapa de amor, es decir, de las cosas que te gustaron y las que no de tu infancia familiar, es que aunque no lo creas psicológicamente, trazamos el mapa de a quien amaremos en el periodo de los 1 a 6 años de edad. Si es prácticamente inconsciente el proceso de selección, pero tener claro lo que nos hizo o no feliz en esa etapa, dos ayudara a desarrollar mejor el clima positivo en nuestras relaciones adultas. ¿Qué tanto estás alineado con tu mapa de amor hoy?
Haz la elección: El arte de amar es más cognitivo (razón) que corazón, si ya trabajaste sobre los puntos anteriores, es hora de alinear tu diálogo interno, y decidir amar a esa persona y dejar todas las demás opciones atrás. Si es dar toda tu atención a tu pareja, dejar los planes B o C, para el pasado, y saber que ante los conflictos, la alternativa será dialogarlos, buscar solución o bien ayuda profesional, y no saltar directo a la separación o el divorcio.
Todo o nada: El amor es total, no existe amor a medias, entonces trabaja y mantente alerta a cómo van los tres componentes de tu relación despareja, tal cual como si fuera una empresa. Si la pasión flaquea, ponte creativo, haz cosas nuevas, exploren las fantasías del uno del otro y la pasión se reavivará. Si es la intimidad, aplica el punto uno de esta lista, y si se tratase de compromiso, analiza que no está alineado con tu mapa de amor, ya que este aspecto es más algo racional que decidimos más que algo emocional que sentimos.
Tenerlo todo en una relación es viable, pero requiere trabajar en nuestro autoconocimiento, desarrollar competencias emocionales. Y claro esto lo podemos hacer de forma informal por medio de libros o investigación en las redes o formal buscando ayuda Profesional; el punto es tener claro el propósito, y hacernos responsables de lo que SI PODEMOS HACER NOSOTROS MISMOS y no tanto culpando o pidiendo el cambio del otro. A trabajar en el amor que puede ser arduo, pero sin lugar a dudas vale la pena.
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